La imagen de Bolivia como productor minero anclado en el occidente y los Andes cambió sustancialmente. En la actualidad, la minería se constituye en una de las principales actividades en las regiones del Oriente y la Amazonía Norte y Sur. En muy pocos años, así como ocurrió en gran parte de la región (Perú, Colombia y Brasil), la frontera extractiva minera se extendió hacia los ríos y bosques de territorios indígenas y áreas protegidas, dejando un sinfín de impactos ambientales, territoriales y en la salud de las comunidades locales. Amparado en una normativa permisiva y con una institucionalidad inexistente, el extractivismo minero se consolida en las tierras bajas del país como responsable de las serias vulneraciones a los derechos fundamentales de los pueblos indígenas en los últimos años, así como por su ilegalidad.
Todas estas afirmaciones encuentran sustento en varios estudios promovidos desde la sociedad civil y las organizaciones indígenas de Bolivia. Entre ellos, el realizado entre 2021 y 2022 por la Central Indígena de la Regional Amazónica de Bolivia (CIRABO), con el acompañamiento del Centro de Estudios Jurídicos e Investigación Social (CEJIS), investigación que evidenció varias irregularidades en la extracción de oro en el río Madre de Dios dentro del Territorio Indígena Multiétnico TIM II (Pando y Beni).
Ahora usted puede descargar la cartilla que resume, en formato divulgativo, algunos de los hallazgos de este estudio.